Los limpiones son parte esencial del funcionamiento diario en cualquier cocina profesional. Aunque puedan parecer un insumo menor, cumplen un papel clave en la limpieza, la manipulación segura de utensilios calientes y la prevención de contaminaciones cruzadas. Por eso, no cualquier paño sirve para un entorno institucional.
En Colombia, los establecimientos de alimentos y bebidas deben cumplir con normativas sanitarias claras, donde el uso de textiles adecuados es parte de los requisitos. Aquí te explicamos qué características debe tener un buen limpión institucional, qué exige la normatividad nacional y por qué vale la pena elegir bien desde la compra.
Absorción, resistencia y durabilidad: lo mínimo necesario
Un limpión institucional debe cumplir con tres requisitos técnicos básicos:
- Buena absorción: para secar manos, utensilios y superficies sin dejar rastros de humedad.
- Resistencia al lavado: debe soportar múltiples ciclos de lavado (doméstico o industrial) sin deformarse ni perder función.
- Durabilidad en uso: las costuras deben estar reforzadas y la tela debe resistir tracción y torsión en cocina.
En Intextil recomendamos tela toalla de 320g de algodón nacional, porque cumple con estos tres aspectos de forma equilibrada. Además, permite confeccionar limpiones de diferentes tamaños y se puede combinar con paños de mano y delantales para kits institucionales.
¿Qué exige la normatividad en Colombia?
El Decreto 3075 de 1997 (actualizado por el Decreto 1500 y otras resoluciones del INVIMA) establece condiciones higiénico-sanitarias para establecimientos donde se manipulan alimentos. Algunos puntos clave relacionados con textiles son:
- Prohibición de paños sucios o contaminados: los textiles deben mantenerse limpios, en buen estado y lavarse frecuentemente.
- Evitar contaminación cruzada: se recomienda usar paños diferenciados para cada tarea (manos, superficies, utensilios).
- Lavado adecuado: deben ser resistentes al lavado frecuente con detergentes y desinfectantes.
- No usar textiles absorbentes deteriorados o que desprendan fibras, ya que pueden contaminar alimentos.
Por eso es importante evitar textiles de baja calidad o materiales sintéticos que no soporten la desinfección industrial o pierdan fibras con el uso.
¿Qué textiles no cumplen con lo requerido?
- Paños de microfibra económica que no resisten calor o desinfección.
- Paños decorativos o domésticos que no aguantan uso institucional.
- Telas sintéticas no absorbentes que solo esparcen la humedad.
- Productos descartables que generan altos residuos y encarecen la operación.
En lugar de eso, optar por limpiones confeccionados con algodón absorbente, lavable y de gramaje medio permite cumplir con la norma, ahorrar a largo plazo y cuidar la operación.
Buenas prácticas: cómo mejorar el uso de limpiones en cocina
- Establecer códigos de color o rotulación según el uso (manos, superficies, equipos calientes).
- Lavar diariamente y secar completamente antes de reutilizar.
- Asignar limpiones por estación de trabajo y evitar compartirlos.
- Reemplazar periódicamente los paños deteriorados o que ya no absorben bien.
En cocinas profesionales, estas prácticas no solo mejoran la higiene: también facilitan el cumplimiento normativo y reducen pérdidas operativas.
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